Es una delgada capa de tejido neurológico sensible a la luz que cubre el interior del globo ocular. Es la encargada de capturar las imágenes y trasmitirlas al cerebro a través del nervio óptico. Cuando la retina se desprende provoca el pasaje de líquido y deja de funcionar debido a que no recibe nutrientes y oxígeno.
El desprendimiento de retina constituye una urgencia que debe ser tratada de manera inmediata, dado que puede llegar a producir secuelas visuales irreversibles.
La intervención quirúrgica es la única manera de posicionar la retina en su lugar y evitar que continúe desprendiéndose. Un oftalmólogo especialista en cirugía de retina dispondrá la técnica quirúrgica acorde al caso, pudiendo realizarse en forma manual colocando un explante o bien mediante vitrectomía.
Este contenido ha sido supervisado por los médicos del Centro de Ojos Santa Lucía.